Hoy amanecí riéndome de mi misma, recordando una vivencia musical de mi propio anecdotario urbano.
Sucedió cuando iniciaba la Maestría en Interpretación y Pedagogía del Piano en Bowling Green State University, USA.
En los dos primeros semestres de estudio, había que tomar Dirección Orquestal como materia obligatoria. Y tuve la dicha de recibir clases con la maravillosa directora y maestra Emily Freeman Brown.
La anécdota va como sigue:
Tercer día del nuevo semestre. Todos estábamos muy nerviosos por el reto que significaba esa clase. Yo había estudiado mucho, pues aun mi lectura musical no era buena. No recuerdo cuál obra estábamos montando...uno de los movimientos de una sinfonía de...Tchaikovsky? o ...Prokofiev?...quizás...
Lo cierto es que ese día, por primera vez me tocó pararme frente a la orquesta y dirigir un pasaje.
Sobreviví!!:-)
O al menos eso creí, hasta que Ms. Brown me dijo que quería verme en su oficina al finalizar la clase.
Fui.
Luego de darme la bienvenida e invitarme a tomar asiento, Ms. Brown me pidió que le enseñara mi batuta.
Yo se la enseñé.
Al verla, me dijo categóricamente:
"María! los chopsticks van en la cocina!"
Resulta que para mis prácticas de Dirección Orquestal, yo había tomado prestados los chopsticks grandotes que usaba mi roommate Tseng Peiyu para cocinar.
Sinceramente, yo estaba convencida de que me servirían mientras podía comprarme una batuta de verdad-verdad, y hasta entonces... nadie notaría la diferencia!!!
Terminé el semestre usando la batuta que ese día me prestó Ms Brown.
Y para el siguiente, ya pude estrenar la mía propia!:-)
chan-chan!
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